La etapa de Fernando Gago como entrenador de Boca Juniors llegó a su fin. Juan Román Riquelme, presidente del club, tomó la decisión de rescindir su contrato luego de la caída en el clásico frente a River Plate, un resultado que actuó como detonante de una situación que se había tornado insostenible tras la eliminación de la Libertadores a manos de Alianza Lima. Si bien algunas victorias en el torneo local le habían dado un respiro, la actuación y el planteamiento en el Monumental terminaron por convencer al máximo dirigente xeneize de que el ciclo de "Pintita" estaba agotado.
Diversos factores confluyeron en esta determinación. En primer lugar, la derrota en el Superclásico y, fundamentalmente, la manera en que se produjo. Riquelme no compartió la elección de una línea de cinco defensores y consideró que existían alternativas ofensivas para mantener un esquema que había mostrado buenos resultados previamente. La no inclusión de Alan Velasco, una inversión millonaria del club, fue otro punto que generó malestar. Además, se cuestionó la actitud "temerosa" del equipo en cancha y la tardanza en realizar modificaciones que pudieran cambiar el rumbo del partido.
En segundo término, la eliminación de la Copa Libertadores fue un golpe durísimo para las aspiraciones del club y para la gestión de Riquelme. Se esperaba que, tras la inversión realizada en refuerzos, el equipo pudiera avanzar en el máximo certamen continental. La derrota ante un rival de menor jerarquía y la polémica decisión de cambiar al arquero antes de la tanda de penales fueron situaciones que debilitaron la posición de Gago ante el presidente.
Otro aspecto crucial fue la falta de una identidad de juego definida. A pesar de algunos resultados positivos, el equipo nunca logró mostrar una evolución futbolística consistente ni una superioridad clara ante rivales inferiores. Riquelme y el Consejo de Fútbol consideraron que los cambios tácticos implementados en partidos clave, como ante Newell's y River, fueron desacertados y perjudicaron el rendimiento del equipo.
Finalmente, el mal clima en el vestuario también influyó en la decisión. Actitudes de algunos jugadores, suplencias inesperadas y decisiones técnicas cuestionables generaron malestar en el plantel, llegando a oídos de Riquelme. El caso de Miguel Merentiel, cuyo festejo sin euforia ante Estudiantes evidenció su descontento por la falta de continuidad, fue una muestra de esta situación. La gestión de Carlos Palacios, desafectado tras un accidente en Chile, también generó ruido interno.
De esta manera, Juan Román Riquelme puso fin al ciclo de
Fernando Gago como entrenador de Boca Juniors, buscando un nuevo rumbo para el
equipo en vísperas de los octavos de final del Torneo Apertura y con la mira
puesta en el Mundial de Clubes.
P.D.J.S.