La pulseada por los precios entre supermercados y la
industria de consumo masivo suma un nuevo y preocupante episodio, esta vez con
el sector aceitero como protagonista. Tras la volatilidad inicial del dólar
luego de la flexibilización del cepo, la mayoría de las empresas revirtieron
sus intenciones de aumento, pero las aceiteras, con excepción de una firma,
insisten con subas de entre el 9% y el 10% que los supermercados se niegan a
convalidar. La advertencia es clara: si no cede la intransigencia, la falta de
stock en las góndolas podría ser inminente.
Este choque de intereses se inscribe en un contexto de
inflación persistente, donde la disputa por el margen de rentabilidad se
agudiza. Sin embargo, en esta ocasión, los supermercados argumentan que la
capacidad de compra de los consumidores se encuentra al límite, tal como lo
reflejan los datos de la consultora Scentia, que señalan una caída interanual
del 5,4% en las ventas de marzo de 2025, profundizando una tendencia negativa
que ya acumula 14 meses consecutivos.
"No vamos a aceptar listas especulativas",
sentenció Juan Vasco Martínez, titular de la Asociación de Supermercados
Unidos, marcando la postura firme del sector. El Gobierno también se sumó al
llamado a la prudencia dirigido a los proveedores.
Mientras la cotización del dólar oficial se estabilizó e
incluso retrocedió a niveles previos a la apertura del cepo, generando que
algunas empresas como Molinos Río de la Plata dieran marcha atrás con sus
aumentos, el sector aceitero se muestra dividido. "Las otras tres empresas
del rubro aceitero todavía no dieron marcha atrás, pretenden subas del orden
del 9% y 10% y nosotros no estamos dispuestos a aceptarlas", revelaron
fuentes supermercadistas a Ámbito.
La misma reticencia se observa en las cadenas mayoristas,
que advierten que no recibirán mercadería con listas de precios que no se
ajusten a la realidad del mercado cambiario actual. La preocupación por el
nivel de stock también es palpable entre los comerciantes, quienes aseguran que
las reservas "ya no rinden como en otras épocas". En este escenario
de tensión, la posibilidad de que los consumidores se encuentren con góndolas
vacías de aceite en los próximos días se torna cada vez más concreta. "Es
cuestión de días", coinciden desde diversos canales de venta.
Por P.D.J.S.