El Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, falleció este
lunes en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. La noticia fue
confirmada por el cardenal Kevin Joseph Farrel a través de un comunicado
oficial del Vaticano.
A sus 88 años, el pontífice argentino había enfrentado
diversos problemas de salud en el último año, especialmente relacionados con
dificultades respiratorias y movilidad reducida. A pesar de que su entorno
cercano aseguraba que su estado era "estable" en los últimos días, su
salud había sido motivo de preocupación constante.
El 14 de febrero, Francisco fue hospitalizado debido a una
bronquitis, y su cuadro clínico fue descrito como "complejo",
requiriendo ajustes en su tratamiento farmacológico. Posteriormente, los
médicos informaron sobre el desarrollo de una neumonía bilateral.
Aunque mostró signos de mejoría, el 28 de febrero, una
fuente del Vaticano confirmó a AFP que Francisco había superado el estado
"crítico". Sin embargo, horas más tarde, se anunció que había
experimentado "una crisis aislada de broncoespasmo", lo que llevó a
un "empeoramiento repentino de la afección respiratoria". Como en
ocasiones anteriores, el pronóstico fue mantenido como "reservado".
La última aparición pública del Papa Francisco fue el
domingo de Pascua, cuando impartió la bendición, un momento que ahora resuena
con un significado aún más profundo para los fieles de todo el mundo.
Por P.D.J.S.