Un importante rediseño del sistema de subsidios a las
tarifas de electricidad se avecina en Argentina. Según datos oficiales del
Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), actualmente unos 9,5
millones de hogares, lo que representa casi el 60% del total de usuarios
residenciales del país (16.375.270), se benefician de algún tipo de subvención.
De este total, 6,2 millones corresponden a familias de ingresos bajos (Nivel 2)
y 3,2 millones a hogares de ingresos medios (Nivel 3), quienes acceden a un
descuento menor en un bloque de consumo limitado. El 42% restante, unos 6,9
millones de hogares de ingresos altos (Nivel 1), abonan la tarifa plena.
Sin embargo, este panorama está por cambiar. El Gobierno de
Javier Milei se ha comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a
implementar un nuevo esquema de asistencia energética antes de fin de año, con
el objetivo primordial de reducir la cantidad de beneficiarios y acelerar el
recorte del gasto público. La intención es reemplazar la actual segmentación en
tres niveles por una ayuda única, focalizada exclusivamente en los hogares en
situación de vulnerabilidad.
Esta modificación implicaría la exclusión de
aproximadamente 3,2 millones de usuarios de clase media que actualmente reciben
subsidios en sus facturas de luz. Además, se prevé que una porción de los
considerados vulnerables podrían quedar fuera del sistema por falta de
acreditación o inconsistencias en los datos, un desafío reconocido por la
Secretaría de Energía ante la complejidad del cruce de información.
Si bien la implementación del nuevo régimen será gradual y
no se esperan cambios significativos en lo que resta de 2025, la Secretaría de
Energía ya ha aplicado una reducción escalonada en los descuentos para los
usuarios residenciales. La aceleración de la inflación y la proximidad del
calendario electoral son factores que influyen en las decisiones del Ejecutivo.
La titular de la cartera energética, María Tettamanti, será
la encargada de llevar adelante esta reestructuración. A la incertidumbre sobre
la cantidad final de beneficiarios se suma ahora la interrogante sobre el
impacto de una posible devaluación tras la salida del cepo cambiario. No está
claro si el aumento del tipo de cambio se trasladará directamente a las
facturas de los usuarios o si será absorbido mediante un mayor esfuerzo en
subsidios durante la transición.
En paralelo a la revisión del esquema de subsidios, el
Gobierno avanza en la desregulación del mercado eléctrico, otro punto clave del
acuerdo con el FMI. La reciente Resolución 21/2025 habilita a las empresas
generadoras y distribuidoras a celebrar contratos de libremente, sin la
intermediación de CAMMESA, buscando un modelo similar al de los años noventa.
Este cambio, sin embargo, genera debates internos y plantea interrogantes sobre
el rol futuro de los subsidios en un mercado más competitivo.
Desde diciembre de 2023, las tarifas de electricidad en el AMBA para usuarios sin subsidios acumulan un aumento del 264%, mientras que las de gas se dispararon un 622%. La eliminación del esquema actual de subsidios es fundamental para avanzar en la reforma del mercado mayorista de electricidad, prevista para noviembre de 2025, con el objetivo de mejorar la competencia y aliviar la presión financiera sobre el sector energético.
Finalmente, la Secretaría de Energía se encuentra en la
etapa final de la Revisión Quinquenal de Tarifas (RQT) con transportistas y
distribuidoras, un proceso que definirá un sendero de inversión, aumentos
tarifarios y un mecanismo de actualización mensual, previéndose subas en
términos reales a cambio de mejoras en la calidad del servicio, especialmente
para las distribuidoras del AMBA.
Por P.D.J.S.