La reciente modificación del régimen cambiario, que
estabilizó el dólar oficial en torno a los $1.230, generó una rápida reacción
en la industria alimenticia y de productos de higiene personal. Diversas
empresas comunicaron a los supermercados nuevas listas de precios con
incrementos que oscilan entre el 7% y el 9%. Sin embargo, las cadenas de
supermercados han manifestado su rotunda negativa a aplicar estas subas,
desatando una nueva disputa sobre quién asumirá el costo del ajuste en las
góndolas.
Tras una jornada de intensas negociaciones y comunicados,
el Gobierno salió a respaldar la postura de los supermercados. El ministro de
Economía, Luis Caputo, celebró la decisión a través de la red social X,
afirmando que los grandes supermercados rechazaron mercadería con nuevas listas
de precios de Unilever y Molinos que presentaban aumentos de entre el 9% y el
12%.
En la misma línea, el subsecretario de Defensa del
Consumidor y Lealtad Comercial, Fernando Blanco Muiño, fue enfático al señalar
que no existen motivos cambiarios ni tributarios que justifiquen las subas
pretendidas por algunos proveedores. “Esas listas serán rechazadas por cadenas
nacionales, regionales y almacenes. En el gobierno de Javier Milei no hay lugar
para oportunistas”, sentenció el funcionario.
La Asociación de Supermercados Unidos (ASU) emitió un
comunicado reforzando la postura del sector: “Ante los hechos de público
conocimiento, queremos comunicarle a la sociedad nuestro firme propósito de no
aceptar listas de precios de nuestros proveedores que contengan aumentos
desmedidos y/o especulativos. Reiteramos que nuestro objetivo es hacer llegar
al público productos de la máxima calidad y al mejor precio. Nuestros mayores
esfuerzos están orientados a obtener ese objetivo”.
Las empresas como Molinos Río de la Plata, Aceitera General
Deheza, Molino Cañuelas y Bunge comunicaron subas del 9% en aceites y productos
farináceos. Unilever también anticipó incrementos de entre el 7% y el 9%,
mientras que SC Johnson y Softys también se sumaron a los avisos de aumentos en
porcentajes similares.
Desde las empresas productoras argumentan que la suba del
dólar impacta directamente en los costos de materias primas importadas y en el
precio de los alimentos exportables. Sin embargo, los supermercados se muestran
firmes en su rechazo. “No queremos convalidar esas listas y las vamos a
resistir”, aseguró Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de ASU. Fuentes de
diversas cadenas coincidieron en que no aceptarán “listas especulativas” y
exigirán explicaciones detalladas sobre los aumentos propuestos.
La pulseada entre supermercados y proveedores se da en un
contexto de caída sostenida del consumo masivo, que en marzo registró una
contracción del 5,4% interanual, acumulando 16 meses consecutivos en terreno
negativo, según datos de la consultora Scentia. En este escenario, las cadenas
minoristas se resisten a trasladar aumentos significativos a los precios
finales, anticipando un impacto aún mayor en las ventas. Ahora se espera una
etapa de negociaciones para determinar qué ajustes, si los hay, terminarán
impactando en el bolsillo de los consumidores.
Por P.D.J.S.